Desde 1970 se ha impulsado la producción de tapetes
de lana, los cuales son fabricados especialmente por las mujeres otomíes
del municipio de Temoaya. Los molcajetes y metates de piedra negra se elaboran
en el municipio de Acambay, donde también se hacen bolsas de paja de
trigo, sombreros de palma, canastas y sillas de tule. En algunas localidades
de Toluca se hacen piezas de alfarería y ayates de fibra de maguey, mientras
que en Otzolotepec se producen fajas, manteles y servilletas tejidas a mano.
En Xonacatlán sobresalen los textiles elaborados en telares de cintura.
OTOMIS DEL ESTADO DE MEXICO
lunes, 22 de abril de 2013
COSTUMBRES Y TRADICIONES DE LOS OTOMIS
Las fiestas que celebran los otomíes del Estado de
México se enmarcan en el calendario religioso católico. Festejan
a la Virgen de la Concepción, San Pedro, San Miguel, San Juan, Virgen
de Loreto, Santiago Apóstol y otros más. Para llevar a cabo una
fiesta, en cada comunidad se forma una comitiva, la cual se encarga de recolectar
una cooperación en cada barrio o cuartel. El dinero recolectado se utiliza
para la compra de adornos, juegos pirotécnicos, comida y música.
Un autor señala que los rituales festivos se convierten en un espacio
que permite a los otomíes reencontrarse con los suyos, con sus raíces;
les permite, además, reproducir valores tradicionales, así como
reafirmar su identidad como integrantes de un grupo social definido. En estos
festejos, su participación se debe a un compromiso de fe y a un sentido
de cohesión étnica.
GASTRONOMIA DE LOS OTOMIS
Las mujeres otomíes, que aún hablan su lengua Hñahñú, aprendieron de sus
antepasadas a "convivir con las bondades de la naturaleza en una zona
semidesértica donde lo que corre y vuela... va a la cazuela", dijo una
cocinera, ataviada con la típica vestimenta de manta bordada con figuras
geométricas en colores.
La variedad de comida va desde el pipián (una versión del mole) en pepita de calabaza, a la torta de nopal capeado y hasta la flor de sábila (aloe) con camarón.
Centenares de herederas de la cocina prehispánica se ubicaron sábado y domingo en la plaza central de Santiago de Anaya, mientras el jurado deleitó sus sentidos del gusto, del olfato y de la vista.
Delfina León Mejía describe la forma "en que le enseñó la abuelita" la preparación de un zorrillo relleno de ximbó, mientras que María Dolores Moya Ramírez presume de su ardilla en salsa.
El Ximbó es un guisado que puede ser elaborado de pollo o carne de cerdo envuelto con pencas de maguey (un cactus) y horneado en un horno subterráneo.
"Sólo es de ir a la mata o colgarse de la rama, pues lo demás no cuesta nada", afirma Deyanira Serrano mientras ofrece a quien visita nopales secos.
También hubo tamal relleno de conejo cocinado al horno y chicharras (insectos voladores) de corteza de árbol, que envueltas en hoja de aguacate se hornean en salsa de nogal.
Con una temperatura de más de 30 grados centígrados, la ensalada de jicama, pimiento morrón, cebolla y ají voló en esta tierra que huele a penca de maguey y pulque, una bebida alcohólica que se fabrica a partir del jugo fermentado del ágave, con el que también se elabora el tequila.
La variedad de comida va desde el pipián (una versión del mole) en pepita de calabaza, a la torta de nopal capeado y hasta la flor de sábila (aloe) con camarón.
Centenares de herederas de la cocina prehispánica se ubicaron sábado y domingo en la plaza central de Santiago de Anaya, mientras el jurado deleitó sus sentidos del gusto, del olfato y de la vista.
Delfina León Mejía describe la forma "en que le enseñó la abuelita" la preparación de un zorrillo relleno de ximbó, mientras que María Dolores Moya Ramírez presume de su ardilla en salsa.
El Ximbó es un guisado que puede ser elaborado de pollo o carne de cerdo envuelto con pencas de maguey (un cactus) y horneado en un horno subterráneo.
"Sólo es de ir a la mata o colgarse de la rama, pues lo demás no cuesta nada", afirma Deyanira Serrano mientras ofrece a quien visita nopales secos.
También hubo tamal relleno de conejo cocinado al horno y chicharras (insectos voladores) de corteza de árbol, que envueltas en hoja de aguacate se hornean en salsa de nogal.
Con una temperatura de más de 30 grados centígrados, la ensalada de jicama, pimiento morrón, cebolla y ají voló en esta tierra que huele a penca de maguey y pulque, una bebida alcohólica que se fabrica a partir del jugo fermentado del ágave, con el que también se elabora el tequila.
VESTIMENTA DEL HOMBRE Y DE LA MUJER OTOMIS
En la Vestimenta de las Mujeres Otomíes, llevan una falda de lana o
chicuete el color depende de la región como es el color negro,guinda o
azul, usan una blusa hecha de manta con bordados que se distingue por un
cuello alto.
El Quechqumitl de lana antiguo no estaba bordado y el uso de los
sombreros de palma se utilizado en ciertas poblaciones otomies en la
región del norte del estado de M es donde se ve su uso y principalmente en las mujeres.
La Vestimenta en los Hombres han cambiado por ropa que venden en sus
localidades y a veces los hombres viejos y jóvenes usan una camisa hecha
de manta bordada con que participan en fiestas y danza, el bordado de la camisa se hallan en la celda, los lados del pecho y en los puños de las mangas.
En Temporada de frió los hombres usan los gabanes, en donde se puede
apreciar colores y dibujos muy variados, como los colores blanco y azul
en la antiguedad en los gabanes.
La Vestimenta de la Cultura Mazahua visten con prendas que venden a
precio regular y bajo precio, en las mujeres se pude apreciar una falda
de lana o lía de color guinda, azul naranja o grana así siguen
conservando sus costumbres, el Quechquemiti es del mismo material con
colores, la faja o ceñidor hecho de lana o algodón apreciando sus
bordados.
LENGUA DE LOS OTOMIS
La lengua otomí tiene variantes dialectales, las cuales
están asociadas con los distintos lugares geográficos donde habita
este grupo étnico. En general, estas diferencias se presentan en los
niveles fonológico, fonético y sintáctico. La lengua otomí
está considerada como una lengua tonal, lo cual hace que su escritura
sea compleja. De acuerdo con la clasificación lingüística
que se ha realizado sobre las lenguas indígenas, la familia otomangue
se clasifica en mixteco, popoloca, chiapaneco-mangue, chinanteco, amuzgo y otopame.
De este último, se desprende la rama otomí-pame, mientras que
del otomí se derivan las siguientes lenguas: otomí, mazahua, matlatzinca
y ocuilteca.
HUBICACION GEOGRAFICA DE LOS OTOMIS
Apegándonos al criterio lingüístico, los
otomíes habitan en 14 de los 121 municipios del Estado de México.
En orden de importancia están Toluca, Temoaya, Jiquipilco, Morelos, Otzolotepec,
Chapa de Mota, Lerma, Aculco, Amanalco, Huixquilucan, Xonacatlán, Timilpan
y Zinacantepec. La mayoría de estos municipios se ubican en dos regiones:
la noroeste, Atlacomulco-Timilpan, y la región centro, Toluca-Lerma.
Las características del hábitat de los otomíes
son variadas, pues cuenta con valles, bosques y montañas. La planicie
más alta es el valle de Toluca, con una altura de 2 683 msnm; al noroeste
se encuentran valles como Acambay, Tixmadejé, Plan de San Bartolo y El
Pastor. La región es atravesada por el monte de las Cruces, la sierra
del Monte Alto y Monte Bajo, así como la sierra de San Andrés
Timilpan, y es irrigada por el río Lerma. Los climas predominantes en
la región son el templado subhúmedo y frío, las lluvias
se presentan en verano y las heladas en invierno.
HISTORIA DE LOS OTOMIS (ANTECEDENTES)
No hay certeza sobre el significado preciso del vocablo otomí.
En otomí, otho significa no poseer nada, y mi, establecerse. Estas dos
palabras podrían interpretarse como pueblo errante. También se
puede considerar que otomí proviene del náhuatl otocac, el
que camina, y mitl, flecha; asimismo, se puede derivar de totomitl,
flechador de pájaros o aves. Si tomamos en cuenta los distintos
significados, el término otomí se puede definir como "cazadores
que caminan cargando flechas". En su lengua, los otomíes se autodenominan
Hña Hñu, que significa hablantes de otomí o gente
otomí.
Apegándonos al criterio lingüístico, los
otomíes habitan en 14 de los 121 municipios del Estado de México.
En orden de importancia están Toluca, Temoaya, Jiquipilco, Morelos, Otzolotepec,
Chapa de Mota, Lerma, Aculco, Amanalco, Huixquilucan, Xonacatlán, Timilpan
y Zinacantepec. La mayoría de estos municipios se ubican en dos regiones:
la noroeste, Atlacomulco-Timilpan, y la región centro, Toluca-Lerma.
Las características del hábitat de los otomíes
son variadas, pues cuenta con valles, bosques y montañas. La planicie
más alta es el valle de Toluca, con una altura de 2 683 msnm; al noroeste
se encuentran valles como Acambay, Tixmadejé, Plan de San Bartolo y El
Pastor. La región es atravesada por el monte de las Cruces, la sierra
del Monte Alto y Monte Bajo, así como la sierra de San Andrés
Timilpan, y es irrigada por el río Lerma. Los climas predominantes en
la región son el templado subhúmedo y frío, las lluvias
se presentan en verano y las heladas en invierno.
Por su ubicación geográfica, cercana a la capital
del país, esta zona se ha visto favorecida con el mejoramiento y modernización
de sus vías de comunicación y transporte. Al norte del estado
destaca la carretera federal que parte del Distrito Federal y pasa por Toluca,
con destino al estado de Querétaro; esta carretera atraviesa la región
noroeste, en la que se asienta la mayor parte de la población otomí.
El estado cuenta con vías férreas importantes, transportación
terrestre diversa y un aeropuerto, que se ubica en la capital del estado.
En las cabeceras municipales hay servicio de energía
eléctrica, casetas telefónicas, telegráficas y de correos,
estaciones de radio, parques y centros deportivos. En las localidades donde
habitan otomíes, los servicios públicos básicos como agua
potable, energía eléctrica y drenaje son deficientes.
En cuanto a servicios educativos, algunas poblaciones indígenas
cuentan con primaria y secundaria; para tener acceso a la educación media,
los estudiantes se trasladan a las cabeceras municipales, y a la capital del
estado, para el caso de la educación superior.
En esta región, diversas instituciones ofrecen servicios
de atención a la salud, entre otras, el Instituto Mexicano del Seguro
Social (IMSS), la Secretaría de Salud y el Instituto de Seguridad Social
al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Este servicio se proporciona
en las cabeceras municipales y sólo en algunas localidades rurales.
En los municipios mexiquenses de Acambay, Aculco, Chapa de
Mota, Huixquilucan, Jiquipilco, Lerma, Morelos, Otzolotepec, Temoaya, Timilpan,
Xonacatlán y Zinacantepec se concentran la mayor parte de los hablantes
de otomí.
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